viernes, 16 de junio de 2017

LA LENTEJA PARDINA DE SAN MARTÍN

INTRODUCCIÓN

La lenteja (Lens culinaris) es una planta herbácea anual de la familia de las Leguminosas (Fabáceas) que se cultiva, por sus semillas para la alimentación humana. Fácilmente  digestibles, ricas en calcio y capaces de aportar hierro para la fabricación de hemoglobina en sangre. También como cualquier leguminosa, existe un aporte de nitrógeno al suelo.

Su altura es de 10 a 30 cm, tiene de 2 a 5 pares de foliolos oblongos y las estípulas semihastadas. Los racimos están compuestos por 1, 2 o 3 flores y el pedúnculo tiene una articulación. El cáliz es dentado y la legumbre tiene unas dimensiones que oscilan entre los 12 mm x 4-6 mm. Las flores son de color azul pálido o lilas.


SUELO

Se adapta con facilidad a todo tipo de suelos. Las tierras fértiles provocan, al igual que una humedad elevada, un exceso de producción de forraje.


CLIMA

La lenteja es muy buena tolerante a la escasez de agua. Las precipitaciones excesivas hacen que las plantas den más forraje y menos fruto. Sus temperaturas mínimas para la supervivencia de la leguminosa oscilan entre los 8º en las nascencia y los 22º en época de recolección.


SIEMBRA

La lenteja como cualquier otra planta necesita el terreno mullido y libre de malas hierbas.La siembra se efectúa normalmente a finales de febrero o en la primera quincena de marzo. La profundidad adecuada para conseguir la nascencia adecuada es de 4 a 6 cm. La cantidad de semilla requerida será dependiendo de la fertilidad de la tierra.
Las lentejas cubren sus necesidades de nitrógeno como cualquier otra leguminosa por simbiosis con el Rhizobium situado en las nudosidades de las raíces, por lo que es necesario aportarlo a la tierra. Las lentejas son menos exigentes en cuanto a potasio nos referiremos pero el calcio juega un papel fundamental en el desarrollo de la planta y en sus bacterias.


RECOLECCIÓN

Las lentejas se pueden recolectar arrancándolas o segándolas. Si las arrancamos, privaremos a la tierra de ese nitrógeno que aportan las nudosidades bacterianas. Hay que buscar el momento adecuado para realizar la siega y evitar pérdidas, bien sea por desgranado o por una mala siega. Normalmente este tiempo óptimo se suele representar a las primeras 4 o 5 horas de la mañana; por la tarde nunca se debe realizar la siega.


BIBLIOGRAFÍA

Alonso, F.J.(1980): "Cultivo de lentejas". Ministerio de Agricultura.Madrid

Hecho por David Gamón, Sara Cortés, Alejandra Simion y Andrea Pana

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